Salimos temprano desde Dunfermline con la intención de
aprovechar al máximo el día en la ciudad de Edinburgh. Vanessa había reservado
un Hostal el primer día que llegamos a Escocia, por lo que pudimos dejar nuestro
equipaje ahí temprano y comenzar a disfrutar de la ciudad.
Comenzamos visitando el Parlamento Escocés, el cual no
es muy grande pero les da cierta autonomía como región en algunas áreas. Pero en lo principal estaba bajo el alero de
Londres.
En el parlamento vimos una exhibición fotográfica de
Harry Benson sobre E.E.U.U. La exposición
era excelente y la calidad de las fotos de nivel mundial, fue una grata
sorpresa encontrarse con esta.
Desde aquí fuimos subiendo por The Royal Mile y luego
la High St. En dirección al castillo de Edinburgh. Estas calles estaban
parcialmente cerradas debido al festival cultural Fringe (https://www.edfringe.com). Aquí logramos
ver con Vanessa Magos, Cantantes, Mimos, y otros tipos de shows callejeros. Sin
duda daba para estar todo el día pues cada montaje invitaba a permanecer unos
minutos atentos a él.
Llegamos luego a la Camera Obscura. Famosa atracción de
ilusiones ópticas, en donde incluso había un cartel en donde si uno no quedaba
satisfecho con el show, te devolvían tu dinero. Le consulto al encargado sobre
si era real este anuncio, el mismo me indico que solo dos personas dentro de
miles habían salido insatisfechos de este lugar. Esto me dio mas confianza para
entrar.
Dentro tenían distintas atracciones muy novedosas,
entre las que más nos gusto fue un túnel giratorio, la cámara térmica, los
juegos de ingenio, las ilusiones de espejos, la fotografía de sombra, el
laberinto de espejo, etc.
Sin duda fue una buena visita y salimos más que
emocionados de ella.
Ya quedando los últimos minutos en la tarde, paseamos de
noche por la calles de Edinburgh. Comimos nuestro últimos Kebab de aquí y
miramos con nostalgia todo lo bien que lo pasamos en este país. Nunca pensé encontrar
tantas cosas buenas en un viaje, así que no me queda más que agradecerle a Vanessa
por la gran idea de venir a Escocia.
Ya en la mañana del 23 de agosto teníamos que ir
temprano al aeropuerto para viajar a París. Alcanzamos a dar una vuelta por el
centro nuevo con esa sensación de tener que partir sin querer hacerlo.
Por último y para cerrar esta serie de relatos, esta
una de las pocas fotos de los protagonistas de este viaje. Esto fue en el
monumento de William Wallace en Stirling.
Espero que alguna vez se animen a viajar a Escocia y
si necesitan algún dato o información siempre estaremos felices de colaborar.
Las fotos son de cortesía de Vanessa Valenzuela.